Formación de Lectores:
Hoy
mi tema Formación de Lectores para la Sala de Lectura "La Casona", con motivo del #DiaInternacionalDelLibro donde
he sido insistente para los jóvenes, pero, también deben ver cómo la lectura ayuda a las
personas a construirse, a cimentar, hacerse un poco más descubridor de su vida,
sujetos de su camino con rumbo, aun cuando se encuentren en ambientes sociales
desfavorecidos. Mi interés es pintarles particularmente de qué manera, pueden ir
apropiándose de textos, o de fragmentos de textos. Donde los niños, jóvenes,
mujeres, hombres, que elaboren un espacio de libertad a partir del cual puedan
darles sentido a sus vidas, y encontrar, o volver a reencontrar la energía para
escapar a los callejones sin salida en los que estaban bloqueados, todo ello a
través de la lectura.
Cuando
uno tiene la suerte de acceder a ella, la lectura siempre produce sentido,
incluso tratándose de jóvenes, inclusive en medios que están alejados de la
formación escrita. La lectura siempre produce sentido, aun para lectores poco
asiduos, que, si bien no dedican mucho tiempo a esa actividad, saben que
algunas frases halladas en un libro pueden a veces ayudar en el rumbo de sus vidas.
Y esa práctica tiene para ellos virtudes particulares que la distinguen de
otros entretenimientos; para ellos el libro es más importante que lo
audiovisual en un terreno: cuando permite abrirse a la fantasía, a lo
imaginario, al mundo interior.
La
lectura sigue siendo una experiencia irreemplazable, donde lo íntimo y lo
compartido están ligados de modo durable, y también estoy convencido de que el
deseo de saber, la exigencia en sus distintas expresiones desde la poética, la
narrativa, entre otras y la necesidad de simbolizar estas experiencias
constituyen algo especifico en nosotros como seres humanos. Por todo esto,
estoy empeñado en que cada individuo pueda tener acceso a los libros, con los
cuales él o ella van a situarse en un razonamiento de creatividad y adjudicación.
La
lectura siempre produce sentido, si buscamos de tener acceso a ella. Pero para
mucha gente, existe allí en un mundo que no está a su alcance, ejemplo: hoy las
bibliotecas lucen vacías con bibliotecarios que no leen. Una escolarización
insuficiente también puede ser otra de las causas de esa situación, pero
tampoco podemos imaginar que leer sería algo espontáneo para los que fueron a
la escuela. Otro factor es no tener librerías en la localidad. Toda ausencia
física de libros y la distancia que separa de ellos representan obstáculos.
Pero, además, y eso se ha comprobado escuchando a los lectores, el hecho de
leer puede resultar casi imposible, o pudiéramos decir arriesgado, cuando
significa entrar en conflicto con los valores o las normas de vida del lugar,
del medio en que cada uno vive.
Pero
los clasismos sociales no son absolutos y la lectura también es una historia de
familias. Existen, en ambientes populares, familias en las que el gusto por la
lectura se transmite de una generación a otra. E inversamente, en niveles
socioeconómicos altos, existen familias en las que la lectura no tiene buena
fama. Para que un niño se convierta más adelante en lector, la importancia de
la familiaridad física en sus primeros años con los libros, la posibilidad de
manipularlos para que esos objetos no lleguen a concederse de un poder y
provoquen temor.
La
lectura es un punto de apoyo decisivo para los niños y jóvenes que, desde muy
temprano, han querido diferenciarse de sus iguales. Porque también la lectura
es una historia de rebeldes. Pero cuando alguien que no recibió nada al nacer
pudo apoderarse de los libros, aparecen casi siempre en su historia ciertos
encuentros, a veces fugaces, que han influido en el destino: un amigo, un
maestro, un bibliotecario, un promotor de lectura; alguno de estos ha
transmitido su pasión, han legitimado o develado un gusto por la lectura, y han
provisto los medios materiales que permiten apropiarse de esos bienes que son
los libros, hasta entonces inaccesibles para el lector.
Esos
iniciadores de libros son en muchos casos mujeres, a tal punto que de acuerdo
con las tesis y escritos de la antropóloga MICHÈLE PETIT se han preguntado si
el futuro de los libros no depende del futuro de las mujeres. En muchos lugares
del mundo, las mujeres han desempeñado un papel preponderante como agentes del
desarrollo cultural, junto con algunos hombres que quizás han integrado, sin temor
a perder por ello su identidad.
La
lectura es transmitir pasiones, curiosidades, interrogando sus lugares, su
oficio y su propia relación con los libros. Es ayudar a los niños y jóvenes a
comprender que, entre todas esas obras, habrá seguramente algunas que sabrán
decirles algo en particular
Construir
lectores es una expresión bastante curiosa, algo así como si fuésemos
todopoderosos, como si se tratara de encontrar una fórmula de alquimista para
moldearla vaya uno a saber qué criatura ideal o llanamente inyectar lecturas.
Por supuesto, ese sueño de superioridad o supremacía, siendo el reverso de un
sentimiento de impotencia, y detrás de ese título se oye también un lamento,
una letanía: ellos ya no leen, cómo hacer para que lean, traten de darnos recetas
para que por fin podamos dominar a esos lectores no asiduos.
El
libro no es un producto como cualquier otro; con él nos situamos en un registro
frágil que está vinculado en particular al deseo de una lectura científica o de
placer. En consecuencia, no debe sorprendernos que hoy en día muchos niños y
jóvenes le asignen a la lectura carácter de obligación, según el cual hay que
leer para satisfacer a los adultos. Si generan resistencia a los libros, quizás
sea también debido a los esfuerzos para hacerlos "tragar" esos
libros.
Culmino
este trabajo de Formación de Lectores con las siguientes frases:
“Hay
quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar
un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo
sin libros” Jorge Luis Borges.
“Pese a mis reiterados viajes, soy un modesto Alonso Quijano
que no se ha atrevido a ser Don Quijote y que sigue tejiendo y destejiendo las
mismas fábulas antiguas. No sé si hay otra vida. Si hay otra, deseo que me
esperen en su recinto los libros que he leído bajo la luna con las mismas
cubiertas y las mismas ilustraciones, quizá con las mismas erratas, y los que
me depara aún el futuro” Miguel de
Cervantes Saavedra.
Pericos, Moc, Sinaloa Abril 16 de 2018.
C. JORGE FLORES PEIRO.
CRONISTA ADJUNTO DE LA SINDICATURA
DE PERICOS.