¡Doña María!
Doña María Inzunza y Don Pedro Peiro
formaron una pareja que se amaban mucho, no había antojo o capricho de mi
bisabuela María, que Don Pedro no le cumpliera. Ella nació en una comunidad que
hoy forma parte del municipio de Salvador Alvarado, y Don Pedro era de esta localidad de
Pericos. Su matrimonio lo formaron con sus 3 hijos, dos hombres y una mujer que
falleció a corta edad. Cuando falleció su esposo Pedro, comentan que duró la
cuarentena sin salir de casa, vestida toda de negro y hasta su cuarto le tenían
que llevar la tina y agua con que bañar, eran las costumbres a principios de
siglo.
Quien tuvo que hacerse cargo de
todo era su hijo José María, nunca supe las razones el porqué, decía mi
bisabuela María que Chemo como ella le decía, era el responsable de su manutención.
Era una mujer con mucho carácter,
sus dos hijos siempre vivieron en esta localidad de Pericos, el único que se
alejaba por tiempos de visitarla era su hijo Pedro, mas sin embargo era a quien
ella le demostraba más afecto. Doña María era de costumbres como por ejemplo
cuando llovía tapaba los espejos y no se peinaba; era de las que no comía
marisco los meses que no tuvieran R ya que decía que era los meses que había
repoblación de los animales de mar y dañaba la salud; con los caldos no tomaba
nada helado.
Como también el Día de Muertos,
de pasar todo el día en el Panteón rezando y visitando tumbas con las familias
que ella frecuentaba; hacia su Lonche de comida; su garrafa de agua; sus
gladiolas y cartón de veladoras y de velas.
Cada año, era de ir a pasar un
tiempo con una de sus hermanas a Carricitos, donde a muchos de la gente de dicha
comunidad le llevaba un presente, menos a su hermana Rita, mas, sin embargo, su
hermana se desvivía por atenderla muy bien.
Doña María también cuando estaba
en Pericos le gustaba salir a visitar personas, y tal vez, por sus costumbres
era de pasar todo el día, ya sea en la casa de su hermana Luz, con mi tía
Monchi Cazares o con la Familia Castro, entre otras.
Ya cumplidos sus 90 años, quiso
volver a Carricitos, y mi abuelo José María, le decía días antes de irse,
¡Mamá, por tu edad es difícil que alguien te esté cuidando! Mas, sin embargo,
ella no le hizo caso, y antes que terminaran sus vacaciones, mi abuelo tuvo que
ir por ella, ya que había sufrido una caída. Pero su animo no decayó, con todo
y dolor de cadera siguió con su vida acostumbrada, nada mas que hoy en su silla
de ruedas, poltrona y un pequeño radio que tenía en su cuarto.
Después de su accidente, fallece
su hijo Pedro a consecuencia de un accidente, y con su don de mando, quiso que
a su hijo lo enterraran en un lugar distinto al cual estaba su esposo. Con el
tiempo fallece la esposa de su hijo que por nombre llevó Beatriz.
Su máxima ilusión era llegar a
los 100 años, y lo cumplió. Tal vez ella esperaba una fiesta con banda e
invitar a su familia. Pero solo hubo un pastel con muchas velitas. Pasaron 10
meses más, cuando a ella la levantan para que desayune en su Poltrona un par de
huevos rancheros, con su salsa y frijolitos refritos, y todo se come. Ella en
esas horas consiente de quien era y al parecer bien de salud, ya para la tarde
noche ella se agrava y fallece casi al amanecer.
Ella había pedido que la
sepultaran, no donde están los restos de su esposo, sino la de su hijo Pedro y
su nuera Beatriz.
Doña María fue una mujer que, por
su edad, le tocó conocer muchos de los adelantos tecnológicos y bienestar para
el hogar. Y desde luego tuvo en sus brazos a un bebe que por nombre lleva
Alicia María de la cuarta generación que ella formó.
Pericos, Mocorito,
Sinaloa a Mayo 30 de 2018.
C. JORGE FLORES
PEIRO.
CRONISTA ADJUNTO DE
LA SINDICATURA DE
PERICOS, MOCORITO, SINALOA.